domingo, 22 de enero de 2012

Domingo 5 AM

Situaciones aisladas, literalmente. La imposibilidad de ver la luna en una noche que parece no poder parar, lamentablemente. El deseo insatisfecho de encontrar un refugio celestial ante una feroz tormenta de preguntas sin respuestas. El anhelo de explotar de una manera saludable. La limpieza exagerada del vacío existencial. El arte de la destrucción de los sueños. Campanas que ya no suenan. Quizás nunca sonaron. Colores que se vuelven imperceptibles. Palabras que ahora forman parte del olvido. Depresión anunciada. Telarañas emocionales. Un misticismo idiota y la entrega de noches sin sentido, lamentos y reproches. Observaciones inoportunas. Paredes físicas y digitales que narran historias.


La tormenta se desató en todos sus sentidos, y los ciento sesenta y cinco centímetros de hermosa miseria que nos pueden salvar se olvidaron de nuestra finita existencia.

viernes, 6 de enero de 2012

Él

Él es blanco, muy blanco. Transita por la vida como si las leyes de gravedad no le fueren aplicables. Su grandeza no llega al punto de no encajar con su contexto. Quizás encierre dentro de si luchas que jamás serán ganadas. Se llevará a la tumba historias de dolor, ausencias, responsabilidades, falsas promesas y excesos. Sin embargo, su capacidad de llevar una sonrisa a cuesta es directamente proporcional a la de generarle una sensación placentera a mas de uno. Esta ambivalencia presente desde chico en su vida se refleja en su andar, sus estados de ánimo, su vestimenta. Se destacan sus llamativas vinchas, ya sean blancas, turquesas, rojas o negras. Ellas suelen decir que les quedan bien. En todo caso, a él le importa poco y nada. Tal vez porque cuando estuvo en la mala casi nadie le fue a preguntar cómo le quedaba esa situación.